Transformar la práctica docente no requiere cambiarlo
todo de la noche a la mañana. A veces, basta con hacer pequeñas modificaciones
en cómo organizamos nuestras clases, en cómo evaluamos, o en cómo escuchamos a
nuestros alumnos.
Por ejemplo:
¿Qué tal si
antes de iniciar una nueva unidad preguntamos qué saben ellos sobre el tema?
¿Y si damos más espacios para trabajar en grupo,
crear, experimentar?
¿Y si usamos la evaluación como una herramienta de
retroalimentación en lugar de solo calificación?
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ResponderEliminarEn la Nueva Escuela Mexicana, el papel del docente es decisivo siempre y cuando sea capaz de abandonar el rol tradicional y se convierta en guia del proceso de ensenanza-aprendizaje
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