Muchos docentes nos preguntamos a diario qué enseñar, pero quizás una pregunta aún más importante sea: ¿cómo enseñar para que todos aprendan?
La didáctica,
lejos de ser solo un conjunto de técnicas o métodos, es, como bien afirma
Francisco Imbernón (2022), una disciplina que nos ayuda a comprender los
procesos de enseñanza-aprendizaje y a intervenir en ellos desde una mirada
crítica, reflexiva y transformadora. En este sentido, la didáctica se convierte
en un puente esencial entre los saberes que queremos compartir y la diversidad
del aula que tenemos enfrente.
Enseñar es un arte… pero también una responsabilidad
Históricamente,
enseñar fue visto como un arte ligado a la intuición del docente. Hoy sabemos
que el arte de enseñar se nutre también de la teoría, la ciencia y el contexto
social. La didáctica actual incorpora conocimientos de la biología, la
psicología, la sociología y la neurociencia para entender cómo aprende cada
estudiante y qué necesita para hacerlo mejor.
Esta mirada es especialmente útil en contextos inclusivos, donde cada alumno trae consigo un universo distinto de emociones, ritmos, intereses y trayectorias. Ahí es donde la didáctica deja de ser solo instrucción y se convierte en una herramienta para garantizar el derecho a aprender.
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